Siempre es difícil hablar sobre una obra que ha sido aclamada unánimemente. Tanto si estamos de acuerdo como si no. Sin embargo, he querido hablarles del que considero un muy buen libro.
Me parece que el El cuento de la criada trata temas muy importantes (intolerancia religiosa, abuso de poder, manejo de la prensa, entre otros) pero creo que ha faltado desarrollar muchas explicaciones con respecto al funcionamiento de Gilead. Esto se debe tal vez, al hecho de que aún cuando se trata de una distopía, la forma se asemeja más a la de un relato. De forma que uno se queda con muchas preguntas después de terminar el libro.
Cierto es que en las reflexiones que provoca el libro, sería posible profundizar en muchos puntos muy variados, lo que hace de él una lectura muy recomendable. De forma personal el único pero que le pongo es un poco la inercia del personaje. Y no es un pero en realidad puesto que hay un desfase entre la escritura del libro (1985) y su lectura (2018).
Esperaba, antes de abrir el libro, una protagonista más fuerte y segura de sí misma. Con más iniciativa. No es verdaderamente el caso Offred que se deja ir al ritmo de los acontecimientos. Y si bien no es lo que yo esperaba, su actitud es aún así perfectamente comprensible. Ella, como muchas otras personas, tienen como único objetivo el de sobrevivir lo suficiente y esperar a que las cosas vuelvan a ser "como antes", que es supongo, lo que se desea cuando se ve uno confrontado a este tipo de situaciones (para ejemplos, ver cualquier dictadura del siglo XX). El personaje, sin embargo evoluciona a lo largo del libro, en ese sentido estamos verdaderamente ante un personaje vivo y por ello, bastante interesante.
Pero el punto que me ha parecido el más interesante del libro y del que ami parecer se habla poco es la facilidad con que las personas aceptaron los cambios al inicio. Pequeños cambios, ligeras pérdidas de terreno que supieron ver los más avistados (y que partieron antes de la instauración de Gilead) pero que al mayoría aceptó con un ligerísimo rechinar de dientes antes de pasar a otra cosa y adaptarse. Así vemos cómo la sociedad pregileadiana acepta leyes cada vez más restrictivas con respecto a la libertad de expresión, el derecho al aborto, la emancipación económica de la mujer, el trabajo femenino, etc. Es pues interesante y mucho, ver cómo al sociedad no sólo se acomoda sino que evita a las personas que señalan el peligro.
Como en muchos otros puntos, es imposible no hacer un paralelo con la situación actual: leyes a favor del aborto rechazadas, términos de discriminación para quienes piden iguales derechos, violencias extremas verbales o físicas sobre personas que desean vivir su sexualidad de forma diferente, intolerancias religiosas y diferencias sociales cada vez más amplias.
Para concluir pues reitero que se trata de una lectura muy recomendable. Necesaria incluso para los tiempos que corren y aunque no sé cómo va a acabar la situación que estamos viviendo actualmente, este libro recuerda a todos aquellos que se callan o peor aún, que ejercen cualquier tipo de represión contra los derechos ajenos, que cuando llega una sociedad como Gilead (o cualquier otro régimen autoritario) los que estaban "a favor" no se vuelven todos Comandantes, ni Ángeles, ni siquiera Guardianes. Siguen siendo simplemente lo que eran. Sin más.
